Pedro Rincón Ardila líder cacaotero, encarna la tradición, el liderazgo y la pasión por el cacao. Desde su rol como líder comunitario y miembro activo de Corchucurí, comparte una visión que conecta el pasado, el presente y el futuro de su comunidad a través del cacao y sus múltiples significados.
Pedro Rincón, conocido como “Pedrito”, es un chucureño de pura cepa con raíces profundas en San Vicente. “El cacao mueve nuestra cultura y economía. Es nuestra identidad”, dice mientras reflexiona sobre cómo este fruto se ha integrado en la idiosincrasia local. Para él, el cacao es mucho más que un producto agrícola; es el eje que cohesiona a las familias ya la comunidad. Las antiguas prácticas de colaboración, como los invitados para trabajar en los cultivos y el intercambio de semillas, han contribuido a la diversificación genética y a mantener viva la tradición del chocolate casero.
Pedrito destaca que el cacao fomenta encuentros familiares y sociales, no solo en el contexto agrícola, sino también en experiencias turísticas y educativas. A través del turismo comunitario, visitantes de todas las edades aprenden sobre los procesos de cultivo, cosecha y poscosecha. “Recibimos grupos familiares enteros. Les enseñamos desde sembrar las plantas hasta hacer chocolate de mesa. También compartimos conocimientos técnicos, como injertos y manejo del cultivo”, explica.
Una de las memorias más entrañables de Pedro es la preparación de chocolate casero en familia, utilizando hojas de naranjo, guayabo y mandarina como moldes naturales. Este proceso, que involucra a todos los miembros de la familia, es un símbolo de cohesión y tradición. Además, recuerda con cariño las grandes reuniones para preparar tamales en diciembre, donde cada integrante tenía un rol específico, desde colocar la masa hasta amarrar las hojas.
Pedro también ha heredado conocimientos gastronómicos de su abuela y su padre, quienes usaban ingredientes naturales como hongos y flores en sus recetas. Su sueño es abrir un establecimiento que rescate y celebre estas tradiciones culinarias únicas de su región. Pedro ve en La Patroncita un símbolo de identidad cultural que refleja la diversidad y riqueza de San Vicente de Chucurí. “Recoge tradiciones y mezcla culturas, transmitiendo una historia profunda de cómo se ha consolidado nuestra comunidad”, afirma. Para él, este personaje tiene el potencial de convertirse en un gran emblema regional.